Alimentación de un perro con enfermedad hepática: alimentos, suplementos y consejos


¿Qué come Bobi cuando su hígado no está bien? A continuación se presenta la dieta más adecuada para un perro con enfermedad hepática y lo que es mejor añadir a su dieta.

Alimentación de un perro con enfermedad hepática

Un perro con una enfermedad hepática no puede comer como todos los demás porque este órgano, cuya función ya está deteriorada, no debe trabajar en exceso. He aquí, pues, los complementos más adecuados que hay que hacer a su dieta y qué suplementos tomar para mejorar su salud antes de que sea demasiado tarde. También veremos la importancia de algunos elementos útiles e intentaremos aclarar algunas dudas sobre su función. Esta es ladieta ideal para un perro con enfermedad hepática.


Dieta para perros enfermos: consejos y buenas


Enfermedades hepáticas en los perros: ¿qué les pasa?

Bobi

¿Qué significa estar «enfermo del hígado»? Que este órgano, crucial para la eliminación de la grasa, no funciona correctamente. Y si la salud comienza con la nutrición, es absolutamente importante cambiar la dieta, para evitar que el hígado se sobrecargue. Una de las funciones del hígado es crear colesterol, que nunca debe faltar ni sobrar en nuestro organismo ni en el de nuestras mascotas. Así pues, al igual que el gato, el perro también puede sufrir una enfermedad hepática (Lea aquí: Alimentación de un gato con enfermedad hepática: los ancestros naturales más adecuados). Están causados por un mal funcionamiento del hígado que tiene que eliminar toxinas, pesticidas y otros elementos nocivos.


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Alimentación de un perro con enfermedad hepática: proteínas

Alimentos sanos

En primer lugar, es bueno aclarar que las proteínas juegan un papel fundamental en el funcionamiento de un órgano como el hígado: dar proteínas de baja calidad o en poca cantidad puede causar problemas al organismo (Lee aquí: Proteínas para perros: cómo elegir los alimentos adecuados). Pero hay una diferencia entre las proteínas de origen animal y las de origen vegetal: las de nde no contienen aminoa, que es esencial para estimular la autorregeneración del hígado. Así que estos son los alimentos proteicos que debes incluir en tu dieta, aunque sean diferentes:


con pocas aminoas: leche y productos lácteos, cereales, pescado y pollo;


con más aminoa: la carne roja.


La fibra también tiene su función: absorbe el amoníaco y reduce los residuos nitrogenados. Por lo tanto, deben incluirse en la dieta todos los alimentos que contengan carbohidratos complejos: avena, cebada, pan integral, verduras con piel y calabaza (Lea aquí: ¿Son malos los carbohidratos para su perro? La respuesta de los expertos).


Comer carne cruda está bien para un perro con enfermedad hepática, pero hay que tener cuidado de que no contenga demasiada grasa (Lea aquí: Grasas en la dieta del perro: por qué son tan importantes para Bobi): es importante que sean digeli y nunca en cantidades excesivas (se puede quitar la piel de cada trozo de carne y el exceso de grasa visible).


La dieta ideal para un perro con enfermedad hepática

Alimentación de un perro con enfermedad hepática

Un perro debe comer siempre una cantidad del 2-3% de su peso: así, si pesa 22 kg, tendrá que comer aproximadamente 1 kg. En cuanto a las cantidades de cada uno de los elementos enumerados en la introducción, debes preguntar a tu veterinario cuáles elegir y en qué proporciones. Hay que tener en cuenta que en algunos casos el agua constituye un gran porcentaje.


Otro consejo es dividir la dieta en varias porciones a lo largo del día: esto dará al hígado el tiempo que necesita para procesar y digerir los alimentos divididos en pequeñas dosis. También hay que tener cuidado al preparar la dieta en casa, procurar seleccionar los alimentos de mejor calidad y no excederse nunca con la sal. También será más fácil añadir suplementos a sus gachas habituales, cada uno con sus propios beneficios, como se indica a continuación.


Suplementos y sus funciones


¿Qué debe añadirse a la dieta de un perro con enfermedad hepática? Los siguientes elementos, cada uno con su propia función especial, pueden añadirse a la dieta del perro.



  • Calcio: El calcio, como el que contienen las cáscaras de huevo, puede molerse en polvo para añadirlo a la comida habitual del perro. Este polvo, al igual que el carbonato de calcio o el citrato de calcio, se utiliza para complementar el aporte de calcio del que suele carecer la dieta.

  • Arginina: un aminoácido que ayuda a la circulación del hígado.

  • Omega 3: los ácidos grasos de este tipo aportan energía al perro y protegen la función renal. Se encuentran en el aceite de salmón, pero también en el de pescado, excepto en el de bacalao.

  • Carnitina: La falta de carnitina puede provocar graves disfunciones en el organismo del animal.

  • Cardo mariano: Es una planta cuyo extracto ayuda al hígado a regenerarse y a eliminar las toxinas. Está disponible en forma de cápsulas o de tintura, por lo que es usted quien debe elegir la que mejor se adapte a las necesidades de su perro.

  • SAM: mejora la función hepática, pero hay instrucciones estrictas sobre cuándo tomarla (nunca en ayunas o entre comidas).

Es cierto que la dieta es esencial para un perro con enfermedad hepática, pero también es cierto que no basta con seguir una dieta. El perro debe ser revisado periódicamente por el veterinario, que le indicará cuándo y si debe realizar análisis de sangre u otras pruebas más especializadas.


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