Hay días en los que simplemente tenemos que comer un buen plato de amatriciana, una de nuestras recetas más sabrosas. ¿Pero puede Bobi comerlo?
¿Quién de nosotros no ha comido nuncaamatriciana? No es de extrañar que el olor del bacon salteado en la sartén llegue a la nariz de Bobi. Qué podemos decir, cuando estamos a punto de servir, lo encontramos rogándonos un poco y no tiene intención de ir con las manos vacías. ¿Pero será bueno para el perro comer amatriciana?
¿Podemos darle amatriciana a Bobi?
Sabemos que el perro no puede comer todo lo que nosotros comemos. Muchos alimentos son perjudiciales para él.
Pero también sabemos que nuestro fiel amigo siempre come con nosotros, es un glotón. Sin embargo, hay varios alimentos en la amatriciana y debemos asegurarnos de que ninguno de ellos suponga un riesgo para su salud.
En una amatriciana digna de ese nombre, no puede faltar lo siguiente:
- Guanciale (no tocino);
- Pasta;
- Cebolla;
- La sal;
- Queso pecorino;
- Poro;
- Aceite Evo.
¿Estamos seguros de que no hay nada malo con nuestro perro en un plato de amatriciana? Empecemos diciendo que el guanciale es una carne de cerdo pero, en este caso, también está cocida por lo que no debería causar ningún daño.
Sin embargo, es un alimento graso y salado: además de arriesgarse a sufrir obesidad y problemas metabólicos como la diabetes, podría intoxicarse con sodio. Por supuesto, se habla de hipernatremia cuando los niveles de sodio en la sangre son muy altos.
En cuanto a la cebolla, no, es un alimento que no debe darse a nuestro perro. Sólo por este motivo, ya podríamos decir que su perro no puede comer amatriciana: se sentirá extremadamente cansado, acusará su palidez y experimentará síntomas como vómitos y diarrea.
Todo ello se debe a que las cebollas interfieren en la función de la hemoglobina, provocan una disminución de los glóbulos rojos y, en consecuencia, una falta de oxigenación en el organismo: el perro acabará sufriendo una anemia que, si no se trata, puede poner en peligro su vida.
Los productos lácteos no son un alimento necesario en la dieta de un perro: aunque el queso pecorino contiene muchos nutrientes, también es salado y, por tanto, no es adecuado para nuestro cachorro. Por no mencionar que Bobi también puede ser intolerante a la dextrosa.
En cuanto al poro, se toleran pequeñas cantidades de su pulpa: es la parte que menos solanina contiene, cuya acumulación provoca molestias gastrointestinales hasta el punto de tostarse.
Si analizamos la pasta, podríamos decir que el perro puede comerla en pequeñas cantidades, pero raramente: no necesita carbohidratos para obtener energía porque esta función la realizan en el perro las proteínas.
Sin embargo, si probara un poco de pasta, no le importaría, siempre que esté muy bien cocinada y sin ningún condimento.
Peligros en la cocina para su perro: qué alimentos y productos son perjudiciales
¿Es el aceite de oliva virgen extra un buen alimento para su perro?
Las propiedades nutricionales del aceite de oliva son bien conocidas y están bien establecidas, a pesar de ser un alimento graso y calórico.
Es un alimento que no debería faltar en nuestra dieta terrestre; compuesto por pocas grasas saturadas y muchas grasas monoinsaturadas como las oleicas y linoleicas, es rico en propiedades beneficiosas.
Por lo tanto, sólo es bueno para nuestro perro, pero eso es si lo consideramos por sí solo y no junto con todos los ingredientes de la receta amatriciana.
Por todo ello, el perro no puede comer este manjar. Aunque es una comida muy sabrosa para nosotros, y seguro que también la disfruta Bobi, es una comida compleja para él y con alimentos de riesgo, algunos de ellos perjudiciales.
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Consejos útiles
Los perros no pueden comer todo lo que hay en nuestra cocina, algunos son perjudiciales para ellos y deben evitarse.
Cuando dudamos de si nuestro perro puede comer algo o no, siempre es recomendable pedirle al veterinario que nos aclare las cosas: nos afeará o nos dirá que no hay que darle ese alimento a Bobi porque está enfermo.
Obviamente, si tu perro ya es obeso o tiene otros problemas metabólicos, como problemas de páncreas, debes mantener las grasas de su dieta bajo control.
También podemos notar que Bobi empieza a rascarse, tiene episodios de vómitos o diarrea y está inapetente: puede haber una intolerancia a la actomía en el perro y por eso, como la leche y sus derivados no son necesarios en la dieta del perro, ahora están prohibidos.
Por lo tanto, cada vez que Bobi corre a nuestro encuentro en la cocina, babeando y suplicando con sus grandes ojos un sabroso bocado, debemos desistir: como mucho podemos darle una de sus galletas y esperar que caiga en la trampa.
Es mejor arriesgarse a no satisfacerle que causarle un problemas: podría haber una alergia alimentaria en el perro, no lo sabríamos y al final sería él quien saldría perdiendo.
Una dieta correcta para nuestro fiel amigo es aquella que tiene en cuenta sus necesidades y su metabolismo, que es bastante diferente al nuestro. El objetivo es siempre su bienestar, y paciencia si a veces tenemos que decirle que no.