En nuestro país, el fenómeno del abandono de perros y gatos está muy extendido, a pesar de todas las leyes y normativas que protegen a los animales. Por ello, no es raro encontrarse con uno o varios perros «vagabundos». ¿Qué podemos hacer en este caso?
En primer lugar, es importante aclarar que lo primero que hay que tener en cuenta es el lugar en el que te encuentras, y luego valorar el contexto geográfico: si te encuentras en un contexto urbano en una ciudad del norte, por ejemplo, la situación a la que te tienes que enfrentar será diferente a la de estar en la montaña en un camino o en el campo abierto en el centro o el sur de Italia.
Los que viven en el Norte no están acostumbrados a ver perros callejeros y, en cuanto ven uno, su primer impulso es mirar a su alrededor para ver si pueden ver a su dueño. Sería diferente si fuéramos, por ejemplo, a dar un paseo por la montaña, donde podríamos encontrarnos fácilmente con un perro de pastor dando un paseo o con un perro que viva en un establo local tomando un descanso. Pues bien, en ninguno de estos casos se trata necesariamente de perros abandonados.
Si nos encontramos en un municipio del sur de Italia, y esto es muy importante, debemos tener en cuenta que en algunos lugares hay «perros de barrio», es decir, perros que viven en la zona bajo la responsabilidad del alcalde, protegidos por la comunidad y que no son perros abandonados que deban ser «rescatados».
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¿Cómo saber si un perro ha sido abandonado?
En primer lugar, cuando estamos en presencia de un perro encontrado en la calle debemos observarlo para entender su estado. Es importante entender inmediatamente si está gravemente herido, enfermo. Comprueba si está en estado de sufrimiento, en definitiva.
Entonces debemos mirar a nuestro alrededor para ver si el perro está realmente solo o si tal vez ha salido a merodear y, detrás de él, hay otros perros, especialmente esto es importante para cualquier cachorro que siga a su madre. Pero un perro también puede ser miembro de un grupo familiar con el que se reúna y nos encontremos con él en un paseo. Esto ocurre especialmente si nos encontramos en el centro-sur de Italia.
Para distinguir entre un perro libre y un perro perdido o abandonado, es importante comprobar si lleva collar y, si estamos en una zona urbanizada, mirar bien alrededor porque puede ser que el perro haya salido por una verja abierta en la calle o por una puerta cercana.
¿Qué debe hacer si encuentra un perro abandonado?
Es importante considerar si debes intervenir directamente porque puedes estar en una situación especialmente peligrosa, por ejemplo si ves a un perro tumbado, sufriendo, en el arcén de una carretera muy transitada. Es importante tener en cuenta que no todos los perros están dispuestos a ser rescatados por nosotros; pueden, por ejemplo, estar en estado de shock, aterrorizados, o simplemente no estar socializados con las personas. En este caso, una intervención torpe correría el riesgo de empeorar las cosas y poner en mayor peligro al perro, a nosotros mismos y a los demás.
Pero hay perros que claramente piden ayuda, se acercan ellos mismos a las personas. En resumen, hay situaciones y situaciones, y su capacidad para evaluarlas es un elemento muy importante para evitar riesgos innecesarios y posibles daños.
En cualquier caso, uno de los primeros consejos que podemos poner en práctica de forma inmediata es llamar a la Policía Municipal de la localidad para informar de la presencia de un perro vagabundo, indicando la zona en la que se encuentra o en la que se produjo el avistamiento y la dirección que tomó el perro -o los perros- inmediatamente después. A veces es mejor no intervenir directamente, pero es comprensible que tu ansiedad te haga actuar irreflexivamente, así que respira hondo primero.
¿Cómo hay que acercarse a un perro vagabundo?
Si se trata de un perro sociable al que es fácil acercarse, bastará con bajarse e invitarle a acercarse, ofreciéndole quizás una golosina. En este caso, sería una buena idea asegurar primero al perro. Yo, por ejemplo, siempre tengo una correa improvisada en el coche y algunas golosinas. Una vez que hayamos asegurado al perro con la correa y quizás lo hayamos dejado entrar en el coche, podemos preguntar por ahí, por ejemplo llamando al primer timbre o entrando en el primer lugar público que veamos, si conocen al perro. Me ha ocurrido que he obtenido información útil de esta manera y así he devuelto el perro a su casa.
Si no obtenemos ninguna información útil, podemos llevar al perro al veterinario más cercano para comprobar si tiene microchip, algo que, aunque es obligatorio por ley, todavía mucha gente no hace en Italia. En ese caso, el veterinario se pondrá en contacto con el contacto humano del perro. Esto es importante: así evitaremos que el perro entre en una perrera.
Si no es así, es decir, si el microchip está ausente, o no es legible, o está registrado en otra región, se contactará con la perrera local, que vendrá a recoger al perro.
Rescatadores heroicos: evitar hacer cosas peligrosas
Hay situaciones muy peligrosas. A menudo se comparten en la red vídeos de personas que, de forma verdaderamente heroica -y lo digo sin ironía-, consiguen rescatar animales en condiciones extremas, como perros abandonados en medio de una autopista donde los coches circulan a 130 kilómetros por hora. Pero no todos somos héroes y no todas estas historias terminan bien, así que evalúa bien la situación, repito, y en primera instancia evita ponerte en peligro llamando a la policía local para pedir ayuda. Te dirán lo que tienes que hacer en el tiempo que tardan en llegar a ti. Intentar atrapar a un perro en estado de pánico en una carretera con mucho tráfico es el preludio de cosas malas, para todos.
Recuerda: hay perros que no quieren ser «rescatados».
Tengamos en cuenta que también hay perros que no quieren ser «rescatados», que no buscan ayuda. Por lo tanto, si es posible y si la situación no parece ser de peligro inmediato, después de denunciar al perro, averigüe en la zona si el perro es realmente un perro perdido, si ha sido abandonado recientemente o no. Aunque la ley lo prohíba, en algunos lugares existe la costumbre de dejar a sus perros sueltos todo el día -y no voy a entrar en el asunto, lo denuncio como un hecho- y a veces basta con preguntar al primer transeúnte para saber la vida y la muerte de ese perro que todo el mundo conoce y que cada tres por dos es llevado a la perrera porque tiene la costumbre de salir del portal y dar un paseo por el pueblo… En fin, a veces la situación no es lo que parece, así que, lo primero: cuenta hasta diez!