La convivencia entre perros nunca es fácil, sobre todo entre perros del mismo sexo. Incluso cuando los animales son introducidos de cachorros en una familia donde hay otros perros, pueden surgir rivalidades en diferentes etapas de crecimiento, especialmente cuando el perro llega a la edad de la madurez, que se produce entre los dos y los tres años de edad, y tratará de imponerse para ser «dominante». La agresión entre perros que viven en el mismo hogar se denomina «agresión ale» o «rivalidad entre hermanos».
Esta agresividad no sólo se da entre la misma especie, sino también, quizás, entre especies diferentes, entre un perro y un gato. Las simpatías y antipatías son sentimientos que sienten los animales tanto como los humanos. Es acertado señalar que la rivalidad y la agresividad entre perros de un mismo hogar requieren a veces la intervención de un especialista.
Rivalidad entre hermanos: ¿quién manda?
También puede ocurrir que sea el mismo dueño el que estimule este tipo de agresiones. Humanizar demasiado a los perros va en contra de la propia naturaleza de la especie. Los perros viven en grupos de alas con jerarquías de especie y estas reglas deben aplicarse también en un entorno doméstico y ser respetadas por los propios dueños de los perros.
Por ejemplo, el propietario debe entender la jerarquía que se ha establecido y, cuando haya identificado al líder de la manada, respetar su papel. De este modo, se evitan confusiones y motivos de enfrentamiento.
Castigar a los perros del mismo hogar
En el caso de los castigos, hay que procurar mantener el equilibrio. Castigar al perro que ataca y defender al que sufre nunca es la mejor solución. De nuevo, esto puede aumentar la agresividad. El perro víctima de la agresión se sentirá encerrado y protegido por su dueño: tenderá a no mostrar signos de sumisión y podrá reaccionar ante el perro dominante. Consolar es un comportamiento humano que corre el riesgo de empeorar la situación.
Origen de los conflictos en los perros que cohabitan
La naturaleza de los perros se conserva en un entorno doméstico y los orígenes de los conflictos pueden surgir por varios motivos: la madurez del animal, la edad o si hay estímulos desencadenantes como el celo de una hembra que provoca la rivalidad.
El propietario debe ser muy cuidadoso a la hora de intervenir y debe procurar no crear desorden en la interacción entre los perros, respetando la jerarquía.
En primer lugar es bueno identificar al perro causante del conflicto y observar las situaciones que generan fricción: juegos, amenazas o señales que llevan a interacciones agresivas con las posturas de los perros. Tener en cuenta la jerarquía es fundamental, pero también otras características como el tamaño, el peso y la raza que determinan la dominación, la propiedad del perro.
Perros agresivos en el mismo hogar: precauciones
Antes de intervenir, habrá que adaptarse a la situación y tomar precauciones:
- no deje a los perros solos
- eliminar los objetos que puedan crear conflicto, como los juguetes o los huesos
- mantener y proteger el papel del perro dominante en diversas situaciones, como a la hora de comer, sirviéndole primero
- En ningún caso el propietario debe interponerse en el momento de la agresión. Esto podría dar lugar a una agresión dirigida a él.
- interrumpir la pelea distrayendo a los perros.
- dar órdenes colectivamente
- Esterilizar o castrar. Son elementos esenciales para restablecer el equilibrio.