Si su perro es especialmente agresivo o ha desarrollado fobias, es posible que necesite una desensibilización: aquí le explicamos cómo funciona y para qué sirve.
Muy a menudo, los perros son demasiado temerosos o agresivos: en el primer caso, pueden haber sufrido traumas que les hacen especialmente sensibles a ciertos estímulos como los ruidos o las personas, en otros casos tienden a atacar a otros perros por razones de territorialidad o jerarquía.
Estas situaciones pueden requerir laintervención de un profesional, en algunos casos basta con un adiestrador de perros pero, en el caso de problemas más graves, también puede ser necesario el asesoramiento de un veterinario especializado en comportamiento canino o un etólogo.
Si el perro es agresivo con sus compañeros o si se asusta demasiado ante determinados estímulos, un experto puede proponerle sesiones de desensibilización: pero, ¿en qué consiste concretamente?
El papel del perro «neutral»
La desensibilización consiste en acercar gradualmente al perro con problemas de comportamiento a un perro neutral, con una serie de procedimientos y ejercicios destinados a gestionar la tensión creciente.
Por lo tanto, el perro neutro desempeña un papel fundamental y debe ser un animal tranquilo y apacible, capaz de gestionar sus propias emociones y las del perro con el que interactúa.
Al mismo tiempo, el perro neutral debe ser educado en las posturas y señales de pacificación necesarias para esta prora y no debe ser demasiado sumiso, ya que se corre el riesgo de que adopte una actitud pasiva y evasiva en lugar de un camino de aceptación y cooperación.
¿Cómo funciona la desensibilización si el perro es agresivo?
En primer lugar, elige un lugar abierto y neutral, como un aparcamiento grande con pocos coches o un césped espacioso donde no haya otros perros. El perro a desensibilizar y el perro neutral estarán uno en un lado y el otro en el lado opuesto, ambos con la correa suelta.
Permaneciendo en el perímetro de la zona elegida, comience a caminar hacia arriba y hacia abajo manteniendo una gran distancia y tratando de captar la atención con un manejo tranquilo y relajado del perro que no lo está. La distancia debe ser grande pero no enorme, de lo contrario su perro no mostrará ninguna reacción.
Comience a acortar gradualmente la distancia dando unos pasos hacia adelante, deteniéndose después de unos minutos y reanudando después de unas horas o días. Como en cualquier aspecto del adiestramiento canino, no hay que tener prisa: la desensibilización pretende despertar la calma de su perro, por lo que la paciencia es esencial.
El objetivo final es acercarse cada vez más, hasta que el perro sea capaz de mostrar tolerancia incluso con otro perro cerca. Durante todo este proceso es fundamental prestar atención a las señales que el perro envía a través del lenguaje corporal y, si notamos que se pone nervioso, calmarlo y distraerlo alejándose del perro neutro y continuando el paseo.
Desensibilizar a su perro del miedo al ruido
Incluso en el caso de un perro que siempre está asustado, el paseo debe hacerse en pequeños pasos y sin prisas. Empiece en casa, donde el perro se siente más cómodo y se reproducen los ruidos que suelen asustar al animal a través de archivos de audio especiales. Comenzando con un volumen muy bajo, la intensidad se incrementa gradualmente.
En este punto entra en juego el refuerzo positivo: premiamos al perro cada vez que se muestra indiferente al ruido. Mientras el perro acepte de buen grado lo que le ofrecemos como recompensa, podemos continuar con la sesión de desensibilización. Cuando deje de comer es el momento de dejarlo: se recuperará al cabo de unas horas o al día siguiente.
Cuando el ivoro con los archivos de audio haya alcanzado su máximo volumen, se podrá continuar al aire libre: hay que elegir un lugar en el campo donde se puedan disparar pequeños petardos.
Necesitaremos un colaborador que haga estallar los petardos a un mínimo de 100 metros de distancia del perro (el dueño deberá estar cerca del animal y mantenerlo con correa): inicialmente a intervalos de un par de minutos, disminuyendo gradualmente la diferencia entre un petardo y el siguiente.
Con cada petardo explotado, comprueba el nivel de estrés del perro y recompénsalo con golosinas cada vez que se calme. Deja de sentarte a la primera señal de estrés. Nunca enciendas petardos cerca de tu perro: el objetivo es que pueda tolerar los disparos a distancia.