cómo intervenir con prontitud y sin lesiones

¿No sabe qué hacer si ve a dos perros peleando ferozmente? Esto es lo que hay que saber, cómo intervenir y prevenir una pelea de perros.

Pelea de perros

¿Qué haríamos si viéramos una discusión violenta entre animales? ¿Estaríamos dispuestos a intervenir o preferiríamos evitar involucrarnos para no convertirnos nosotros mismos en víctimas? Si la llamada de la conciencia nos insta a hacer algo, es importante entender cómo intervenir sin hacernos daño. Pero, ¿hay realmente una sola manera de afrontar una situación así? No, pero puedes aprender algo de información sobre las peleas de perros que te hará más consciente de tu comportamiento. Ante todo, es fundamental mantener la calma y el silencio y, si es necesario, pedir ayuda para disolver a los perros y no ser víctima de la pelea.

Por qué se pelean los perros

Los perros son genéticamente «territoriales» y, por tanto, celosos de su propio espacio y de las personas que lo habitan. Por lo tanto, es difícil que dos perros de la misma edad encuentren un equilibrio cuando están en situación de convivencia: esto rara vez ocurre cuando un perro macho y una hembra viven juntos. Sin embargo, incluso en lugares públicos, puede resultar desagradable que un perro se sienta «dueño» del espacio verde y no esté dispuesto a compartirlo con otros perros. También es cierto que algunos perros llevan la agresividad escrita en su ADN: sobre todo los perros pequeños, como los Jack Russell, por ejemplo, se sienten constantemente amenazados y responden a las provocaciones, reales o imaginarias, provocando a menudo la reacción de los perros más grandes. Un enfrentamiento entre una hembra y un macho es más raro pero no imposible. En cambio, una pelea entre dos machos es casi un hecho, a no ser que hablemos de algunas razas realmente «pacíficas» que atacan a los suyos de forma defensiva, como los labradores y los boloñeses.

Cómo saber cuándo se avecina una pelea

Podemos estar allí justo antes de una pelea o cuando la pelea está en pleno apogeo. En ambos casos, el momento es crucial. Es esencial entender cuándo hay que intervenir y cuáles son los signos de una pelea inminente. Al fin y al cabo, podemos saber cuándo dos perros están a punto de atacar: basta con conocer el lenguaje corporal. Por lo general, un perro que está a punto de atacar señalará a su objetivo con una mirada amenazante y tal vez comience a gruñir con los dientes apretados y un aire de desafío. Cuando uno de los perros va con correa, las señales pueden ser aún más llamativas, ya que Bobi se sentirá «forzado» y estará más estimulado para atacar. Si, por el contrario, la víctima designada es nuestro perro con correa, es prudente recogerlo y hacer saber al otro perro que estamos ahí para protegerlo. No se recomienda dar la espalda y alejarse, ya que esto puede incitar al perro suelto a atacar por detrás.

¿Y si el combate ya está en marcha?

Entre dos perros que se pelean, siempre hay uno que parece prevalecer sobre el otro: ¡es el dominante el que debe ser detenido! Es mejor evitar la zona del hocico porque nuestra mano podría ser fácilmente presa de esos afilados dientes. Debemos concentrarnos en la caja torácica para inhibir su respiración: no se trata de sofrlo, sino de hacer que el perro se vea obligado a abrir la boca y soltar su presa. Otro método es regañar al perro dominante o tirar de su collar hacia atrás: levantarlo por el cuello tendrá el efecto contrario, ya que lo incitará a atacar. Estos son algunos consejos sobre cómo comportarse en caso de una pelea de perros.

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Cómo comportarse en una pelea de perros

Si nuestra conciencia nos insta a intervenir y no hacer como si no hubiera pasado nada y marcharnos, he aquí una serie de consejos útiles para no salir perjudicado y evitar daños a los perros. Si se produce una pelea entre dos perros hembra o entre un perro pequeño y otro grande, las consecuencias pueden ser devastadoras para uno de ellos. De hecho, a diferencia de los machos, las hembras no atacan para jugar sino para herir, mientras que entre perros de diferentes tamaños el pequeño puede sufrir daños irreparables por el choque. Nos corresponde intervenir: ¡aquí está cómo!

Lo que no hay que hacer

  • No pongas las manos y los brazos entre los hocicos de los dos perros pendencieros, mejor utiliza el y para dividirlos;
  • no tires de la correa o del collar del perro: el perro se sentirá atacado y puede devolver la mordida;
  • no gritar a los perros: nuestros gritos, a menos que sean para pedir ayuda, pueden incitar a los perros a pelear.

Qué hacer

  • Tire del perro por la mano, teniendo cuidado de evitar que el perro muerda la espalda;
  • tome a su perro por las patas traseras y levántelo, arrastrándolo lejos del otro perro;
  • sorprender al perro con un ruido repentino o con agua fría;
  • obstruir la vista de uno de ellos con una tela o algo que le impida ver a su enemigo.

Cómo prevenir una pelea

uando conocemos bien a nuestro perro, sabemos lo adolecido pero también lo travieso que puede ser. Si crees que tu perro puede atacarte o provocarte, evita ponerle en situación de hacerlo. Es útil no ir al parque en las horas de mayor afluencia e incluso cambiar los lugares del paseo habitual, precisamente para evitar que el perro sienta que ese lugar es «suyo» y empiece a orinar por todas partes para marcar su territorio. En este sentido, es importante regañar al perro cuando veamos que tiende a adoptar esta actitud: si no intervenimos puede pensar que ese es el comportamiento correcto y repetirlo. También es importante no abrazarlo después de una pelea para que no se dé cuenta de que está bien pelearse con los de su especie.

Por qué es importante crear confianza con su perro

Debe establecerseuna relación de total confianza y respeto entre el perro y su dueño: el perro debe saber que el humano está siempre dispuesto a defenderle y a hacer todo por él. El ser humano debe tratar de no arruinar la estima del animal por él, porque recuperarla puede ser difícil. La relación también se ve comprometida de forma permanente si el perro hiere al dueño con un mordisco: este trauma puede no pasar nunca y separarlos para siempre. La educación del perro es una consecuencia directa de la relación que se establece entre él y su dueño: así, incluso durante una pelea, el perro siempre escuchará la voz de su dueño diciéndole que se detenga, quizá antes de que sea demasiado tarde.

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