Cómo proteger las patas del gato en invierno: consejos útiles DiRamona – 21 de octubre de 2019
El invierno generalmente trae frío y escarcha. Veamos cómo proteger las patas del gato en invierno y por qué es importante
Cuando el frío llama a nuestra puerta, crea inconvenientes no solo para nosotros los hombres, sino también para nuestros amigos de cuatro patas. En este artículo hablamos sobre los «pies» de los felinos y cómo defenderlos de las trampas de las heladas.
Intentaremos entender por qué es tan importante proteger las patas del gato en invierno e intentaremos dar consejos útiles para evitar pemas más serios.
El gato tiene una temperatura corporal más alta que los humanos y su capa gruesa generalmente lo mantiene alejado del gran frío. Aún así, él también puede sufrir bajas temperaturas y debemos entender qué hacer para proteger al gato del frío.
En particular, en este período particular del año se vuelve extremadamente importante proteger no solo el cuerpo, sino también las patas del gato. La nieve, el hielo o la sal marina esparcidos por las calles de la ciudad representan peligros para las patas del gato , ya que en su base hay, como sabemos, las almohadillas del gato. Estos son muy suaves, carnosos y delicados : el felino los trata lamiéndolos diariamente para mantenerlos hidratados, pero en invierno esto puede no ser suficiente. Con el frío, de hecho, los rodamientos están sujetos a grietas y se pueden crear cortes molestos que causan dolor en el gato.
La solución podría ser en este caso la de aplicando una crema hidratante para uso veterinario a la protección, útil para mantener esa área del cuerpo bien hidratada. Para elegir la crema más adecuada, es aconsejable consultar al veterinario y también comprender con él la licencia de solicitud para que nuestro gato acepte la crema.
Esta es quizás la parte más difícil, ya que a usted y a los felinos no les gustan mucho estas intrusiones y tienden a lamer todo lo que se aplica al cuerpo. Un truco que sugerimos es extender la crema sobre la base de las piernas antes de alimentar a Micio: para que el gato se concentre y se olvide durante unos minutos de la pomada, tiempo suficiente para permitir una corriente completa. Solo su penetración profunda puede tener el efecto deseado de protección contra el frío y las heladas.
Otra sugerencia para proteger las yemas de los dedos del gato en invierno es lavar con agua caliente y secar bien las piernas tan pronto como el gato regrese a casa de sus giros solitarios para eliminar los residuos de nieve, hielo o sal presente en la base. La sal es particularmente peligrosa porque el felino, al lamerse, podría ingerir los gránulos y provocar trastornos gastrointestinales.
Por esta razón, siempre es bueno revisar las piernas de los gatos a su regreso en casa: ser animales muy independientes, No podemos evitar sacarlos en el frío en invierno, pero podemos tratar de protegerlos para evitar lo más posible el inicio de problemas más o menos graves relacionados con esta temporada del año.