Factores que desencadenan la agresividad canina: cómo prevenirla

Agresión canina

Un estudio realizado en 2009 por la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Pensilvania descubrió que el comportamiento de un perro está influenciado por el carácter y el estado de ánimo de su dueño. Enotras palabras, según los investigadores dirigidos por <stronghan E. Herron, autor del estudio, aunque los perros sean seguidos por entrenadores, su comportamiento dependerá de cómo se comporte su dueño con ellos y si éste es agresivo y dominante, reflejará su carácter en el animal.
No es de extrañar que haya un alto porcentaje de personas que lleven a su perro a un especialista en comportamiento animal para mitigar la conducta agresiva del animal. Sin embargo, Herron subraya que «a veces, ni siquiera los mejores métodos de adiestramiento son suficientes para mejorar el temperamento agresivo de un perro», por lo que es importante que los propietarios aprendan a interactuar con el animal y a comunicarse con él utilizando su lenguaje. Según el estudio, en el 25% de los casos, el comportamiento dominante del propietario -gritar al perro, mirarle por encima del hombro o forzarle a adoptar una determinada postura- provocó un comportamiento agresivo y violento en el animal.

Este tipo de actitud por parte del propietario provoca en realidad diferentes estados de ánimo en el perro, como la sensación de miedo, uno de los principales desencadenantes de la agresividad canina.

Después de tratar el tema de por qué los perros son agresivos con sus dueños(pincha aquí), aquí tienes algunas de las formas más comunes de agresión canina y los factores que la desencadenan.

LA DOMINACIÓN DE LA AGRESIÓN HACIA LOS PROPIETARIOS

El perro vive en una manada en la que existe un patrón jerárquico basado en los parámetros de dominación y sumisión. Este tipo de comportamiento se proyecta dentro de la familia y cuando el perro no encuentra un líder de manada reconocido tenderá a asumir ese papel y percibirá cualquier movimiento del propietario como un intento de dominación. Por ejemplo, tocar la taza o un osme incluso una voz fuerte se percibe en ese sentido. Un perro dominante se reconoce por su postura, con el cuerpo siempre alerta y pavoneándose. Tiende a manejar las situaciones, desde el juego hasta el paseo. No hay razas predispuestas a la dominación, ni depende del o, aunque es más frecuente en los machos no castrados. En general, la dominación se cuando el perro entra en la fase de madurez, entre los 2 y 3 años de edad.

AGRESIÓN CANINA DEL MISMO O

Este comportamiento se da en ambos perros, aunque es más frecuente en los machos. Este tipo de agresión depende en gran medida de las hormonas masculinas, por lo que a veces se sugiere la castración para frenar el comportamiento agresivo. En las hembras, la esterilización no tiene ningún efecto.

AGRESIÓN DESENCADENADA POR EL MIEDO

Uno de los factores más comunes que desencadenan el comportamiento agresivo en los perros es la sensación de miedo. Los perros tienden a huir, a retroceder ante determinadas situaciones, incluso a gruñir para ahuyentar al elemento temible o a morder si no pueden escapar. El perro asustado tiende a situarse entre las e, bajar la cabeza y el cuerpo, con el pelaje hacia arriba, las orejas hacia atrás, mientras mira en dirección contraria al elemento que teme.

AGRESIÓN TERRITORIAL

Otras formas de agresión, aparte de la agresión predatoria, incluyen la forma más común de agresión territorial. Muy a menudo aparece tras una serie de señales enviadas por el perro al hipotético intruso. Si el intruso no accede a las exigencias del perro, el animal tenderá a atacar. En esto también en defensa del propietario.
La misma forma de agresión puede estar relacionada con la posición de un juguete o un hueso concreto.

AGRESIÓN MATERNA E IRRITANTE

Esta forma de agresión puede ser típica de las perras preñadas o a punto de estarlo, que empieza a disminuir cuando los cachorros son destetados.

Concluimos con la agresión provocada, es decir, cuando un perro está irritado o molesto y reacciona por frustración o por algún tipo de dolor. Por eso, en algunos casos, es útil consultar al veterinario, que podrá determinar si el perro sufre alguna patología que provoque el estado de irritabilidad perenne ligado al comportamiento agresivo.

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