A muchos dueños de perros les encanta jugar con su compañero de cuatro patas. El juego en sí mismo es una forma de aprendizaje para los perros(pulse aquí), que les ayuda a aprender ciertos comportamientos y alas desde que son cachorros.
Sin embargo,desde Gran Bretaña llega la advertencia de algunos investigadores sobre el hecho de lanzar un palo a un perro para que lo devuelva. Según datos de la British Veterinary Asation, una asociación de veterinarios del Reino Unido, se desprende que cada año, muchos perros son víctimas de palos de madera. Esto parece irreal. Sin embargo, los veterinarios señalan que los perros pueden empalarse o contraer algunas infecciones peligrosas al jugar con el palo.
«Nuestro mensaje es que se trata de lesiones graves, que pueden evitarse simplemente utilizando re juguetes como alternativa a los palos», comentó Sean Wensley, presidente de la Asociación Veterinaria Británica.
Un perro al mes es atendido en las clínicas veterinarias por una lesión causada por un trozo de madera. A veces se trata de lesiones bastante graves en la boca, el cuello y el pecho. Según Wensley, hay dos lesiones muy comunes: en el primer caso, el perro puede ser empalado mientras corre con el palo, y en el otro, hay heridas con fragmentos de madera en la boca y la garganta que causan infecciones graves e incluso mortales.
La semana pasada, el Times informó sobre un perro llamado Mayaque había sufrido lesiones en la lengua y la laringe en Escocia a causa de un palo que se le clavó en la boca. Sarah Stevenson, del Centro Veterinario Bishopbriggs de Glasgow, que examinó a Maya, señaló que muy a menudo las lesiones por palos no son evidentes. Por eso los veterinarios instan a los dueños a no animar a sus perros a jugar con palos, sino a llevarles pelotas u otros objetos de casa, como una cuerda, para que jueguen con ellos durante el paseo.
LA OPINIÓN – Sobre el caso, el blog 24 zampe de Guido Minciotti ha preguntado a Raimondo Colangeli, vicepresidente de la Asociación Nacional de Veterinarios Italianos (ANMVI), quien ha subrayado que el juego con el palo es un clásico para los propietarios y que «es probablemente la difusión de este juego lo que explica las consecuencias señaladas por los colegas ingleses».
Personalmente, no he encontrado una innza clínica tan alta», dijo Colangeli, «pero sin duda es correcto sugerir que debemos preferir los juguetes nuevos y prestar mucha atención al entorno en el que se juegan. Pero sin llegar a prohibir el palo en sentido absoluto, es importante entender el significado de este juego, también para evitar consecuencias desagradables. A menudo es el único juego que realiza con su perro, quizás para cansarlo o pensando que se divierte mucho. En realidad, el juego del palo no desarrolla el amplio potencial cognitivo-relacional del perro, sino que lo reduce a una actividad mecánica de tirar y tirar que puede tener efectos compulsivos en el propio perro. En los perros hiperquinéticos también existe el riesgo de que jueguen impetuosamente, aumentando el riesgo de hacerse daño», explica el veterinario experto en comportamiento canino.
Colangeli concluyó que «un propietario debe ser consciente de su actividad lúdico-educativa sobre el perro, que debe incluir: la inhibición de la mordida y la disminución de los niveles de competitividad, dos objetivos que la incitación compulsiva del palo no ayuda a conseguir». También debe evitarse el tira y afloja del dueño al intentar sacar el palo de la boca del perro, porque le enseña a agarrar la mordida. Un buen juego de palos consiste en enseñar al perro a traer el objeto y soltarlo abriendo la boca. Un gesto que el perro aprende si se le recompensa con algún tipo de premio. Y luego están las alternativas como esconder un juguete y conseguir que el perro desarrolle una actividad exploratoria, una forma de juego más complaciente que aumenta las áreas cognitivas del perro. Igual de importante es la alidad intraespecífica, es decir, con otros perros. Los perros educados para ser abiertos también serán menos agresivos.