¿Cómo reconocer a un perro celoso? La ciencia nos lo dice. Todas las soluciones para ayudar a nuestro perro a superar esta sensación.
Los seres humanos somos celosos, así que ¿por qué sorprendernos si nuestro perro siente lo mismo? Estudios científicos han demostrado que los perros pueden sufrir celos hacia un nuevo «inquilino», ya sea otro animal o un bebé recién nacido. Las señales que envía un perro celoso son bastante sencillas de interpretar. Conocer las causas facilitará la resolución del problema de los celos y el restablecimiento de la serenidad en la familia.
Contenidos
- 1 ¿Celos en los perros? Incluso Darwin lo dijo
- 2 Los celos en los perros: el experimento
- 3 Por qué los perros son celosos
- 4 Señales de un perro celoso
- 5 El estrés y los nervios
- 6 Intentos de llamar la atención
- 7 Comportamiento violento y destructivo
- 8 Cómo reducir los celos en los perros
- 9 Sus necesidades primero
- 10 Involucrarlo en la nueva situación
- 11 Sí a los mimos, no a los castigos
¿Celos en los perros? Incluso Darwin lo dijo
Ya en el siglo XIX, el gran científico Darwin confirmó que los celos son innatos en los seres humanos, incluso en los animales. Surge de un sentimiento defensivo hacia las cosas que más apreciamos. Hoy en día, los estudios de las doctoras Christine Harris y Caroline Prouvest confirman que los perros sienten celos de sus dueños y tratan de alejarlos de la fuente de sus celos: el rival en la relación.
Los celos en los perros: el experimento
Los expertos de la Universidad de San Diego analizaron una muestra de 36 caninos y destacaron sus emociones y reacciones en una situación determinada. Se pidió a sus respectivos dueños que interactuaran, en presencia de los perros, con otros objetos y también con bebés. La reacción fue obvia: el perro, celoso de su dueño, trató de llamar la atención de ta manera posible.
Por qué los perros son celosos
El sentimiento de celos parte de un instinto de conservación de la relación. La relación entre el perro y su dueño es muy estrecha, y el perro siente que debe defenderse de cualquier ataque, incluso de las «interferencias emocionales». Así, aunque los celos pueden entenderse positivamente como «protección» de la relación, en la práctica se traducen en un apego morboso poco abierto a nuevas relaciones. Por ello, los propietarios sienten la necesidad de gestionar los celos de sus mascotas, especialmente cuando esperan un bebé.
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Señales de un perro celoso
Los perros pueden mostrar sus sentimientos, mucho mejor que nosotros los humanos. Ya sea por amor o por celos, como en este caso, las señales que envían nuestros animales son bastante evidentes. Son capaces de expresar y hacernos saber su molestia cuando la atención se reserva para otra cosa.
El estrés y los nervios
Los perros celosos son naturalmente diferentes: la actitud juguetona y despreocupada tiende a desaparecer tras una cara apagada y a menudo triste. Los celos son una fuente de estrés y hacen que uno se sienta mal: algunos perros parecen tener picos depresivos, que se traducen en apatía e inapetencia . Otros perros son agresivos y descargan su ia con violencia hacia objetos o personas.
Intentos de llamar la atención
Los perros se expresan a través de su propio lenguaje canino: hablan con sus cuerpos, se expresan con sus manos y con sus gritos. Tanto un perro que de forma nerviosa como uno que da vueltas alrededor de su dueño de forma atenta o que ladra furiosamente tienen el mismo sentimiento en común: los celos. El perro intenta en estos atraer la atención de su dueño y trata de interponerse entre él y el objeto de su «nuevo» interés.
Comportamiento violento y destructivo
En algunos casos, los perros pueden seragresivos con las personas y, a menudo, con los objetos: cojines, jarrones y otros muebles de la casa pueden caer en sus garras. Si las travesuras del perro se deben a la llegada de un nuevo animal a la casa o de un nuevo bebé, los celos pueden ser la respuesta.
Cómo reducir los celos en los perros
A pesar de la llegada de un bebé u otro animal a la casa, la relación entre el perro y su dueño no debe cambiar. No olvidemos sus necesidades, desde la alimentación hasta el paseo, ya que nuestro exceso de indulgencia puede aumentar su resentimiento. Somos el vínculo fundamental entre el perro y lo «nuevo» de la casa.
Sus necesidades primero
Aunque es difícil gestionar la atención que requiere el nacimiento de un bebé recién nacido, es importante que el propietario no cambie nunca los hábitos de su perro.
Involucrarlo en la nueva situación
Puede ser más fácil gestionar la rutina diaria de los tres implicando al perro y dándole responsabilidades, como la de vigilar el cochecito. Familiarizarle poco a poco con la nueva realidad a la que tendrá que acostumbrarse no será un trabajo fácil, pero poco a poco empezarán a verse los primeros resultados.
Sí a los mimos, no a los castigos
Como a nuestros amigos de cuatro patas nunca les gustan los discursos largos, demostrémosles con cariño sincero que nuestro amor por ellos no ha cambiado. Dale siempre mimos durante el día y dedica parte de tu tiempo libre a pasear con él y a jugar con él. Si se comporta mal por culpa de los celos, ten cuidado con la forma de castigar a tu perro. Intentamos mostrarle con suavidad pero con firmeza lo que está mal y sobre todo nunca en presencia de la «causa» de sus celos.
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