características e historia del siamés tradicional

El gato tailandés se confunde a menudo con el siamés, pero hoy en día sería más correcto decir que el tailandés se parece al siamés del pasado, antes de que la selección favoreciera a los tipos largos y alargados. El tailandés surgió porque algunos criadores querían conservar el aspecto del siamés de principios del siglo XX y su nombre proviene de Thailandia, el nombre actual del antiguo Siam, del que procede el tailandés/siamés.

Fecha y lugar de origen

Rusia, 1990

Aspecto físico

Gato de tamaño medio, cabeza roma en forma de cuña, de anchura media, ligeramente alargada, perfil con un ligero stop, hocico romo, orejas anchas y redondeadas que continúan la línea de la barbilla a la cabeza con el borde exterior. Los ojos son grandes, ovalados y azules. El pelaje es corto y sedoso, colourpoint, en las variedades negro, azul, lila, crema, rojo, azul/crema, azul/tortuga, tortuga chocolate, tortuga lila, con o sin tabby.

Peso

Hombre 4-5,5kg

Mujer 3,5-4,5kg

Temperamento

Inteligente y cariñoso

Cruce con otras razas

Ninguno

Estándar

THA – IV Categoría FIFé

Origen e historia

El tailandés, como el ave fénix, nació de las cenizas del actual siamés. En la posguerra, con la reactivación de la economía y un renovado interés por la selección de gatos de posguerra, los criadores de siameses definieron un nuevo estándar para la raza, exagerando los rasgos hasta alterar la estructura hasta llegar al siamés «moderno», largo, cónico, delgado y esbelto que conocemos hoy. En los años 90 un pequeño grupo de nostálgicos del siamés tradicional, quiso empezar a trabajar en la recuperación del tipo original, partiendo de algunos gatos rusos. Para esta operación eligieron un nombre que diferenciara a la nueva población de los siameses, pero que, al mismo tiempo, recordara sus antiguos orígenes asiáticos, es decir, Siam, ahora llamada Tailandia. De ahí la decisión de rebautizar la raza como tailandesa.

El primer reconocimiento de la raza tailandesa tuvo lugar en Rusia en la década de 1990 dentro de la WCF, antes de llegar a la FIFé en 2017 y a la TICA en 2010. Sin embargo, no todas las asociaciones reconocen al tailandés como una raza por derecho propio.

Aspecto físico

El tailandés es un gato de tamaño medio y estructura ósea media, sólido pero no pesado. La cabeza tiene forma de cuña roma, de anchura media, más larga que ancha. El perfil tiene una ligera depresión con respecto a los ojos, el hocico es ligeramente alargado, romo, en forma de cuña, el mentón fuerte y en línea con la punta de la nariz. Las orejas son anchas en la base, redondeadas en la punta y la línea exterior de la oreja sigue la línea imaginaria de la cabeza a la barbilla. La cola es tan larga como la distancia a los hombros y es ligeramente redondeada; debe estar libre de nudos u otras alteraciones óseas. Los ojos son grandes, ovalados, estrictamente de color azul intenso (no se permite ningún otro color) y no deben mostrar ningún signo de estrabismo.

El pelaje del tailandés es corto, de textura fina, brillante, sedoso y ceñido, con poco subpelo. En cuanto al color, el tailandés es un gato colourpoint reconocido en la FIFé en varias variedades de color (negro, azul, lila, crema, rojo, azul/crema, azul/tortuga, tortuga chocolate, tortuga lila), con o sin patrón atigrado.

Temperamento

El Thai es un gato vivo y presente, especialmente interesado en la vida familiar y, al igual que su primo siamés, si está bien socializado le gusta el contacto y la presencia de personas a su alrededor.

En comparación con los siameses, tienen un maullido menos estridente, pero son igual de habladores y exigentes en cuanto a la atención, que pueden reclamar mediante zarpazos, cabezazos o cualquier otro truco para hacerse notar.

Atléticos y vivaces, se adaptan a la vida con otros animales y con los niños, para los que pueden convertirse en excelentes compañeros de juego, si son correspondidos con respeto y un trato suave.

Salud y cuidados

El tailandés es un gato que se puede cuidar muy fácilmente. Un cepillado a la semana será más que suficiente para eliminar el exceso de pelo y, en periodos de muda, ayudará a que el gato no ingiera demasiado y se arriesgue a sufrir trastornos gástricos.

Una vulnerabilidad de esta raza es el estrabismo convergente, que está severamente penalizado en la exposición. Lo mismo ocurre con los gatos con una cola excesivamente corta (braquiuria), que durante décadas ha sido una característica típica de los gatos con esta coloración.

Por último, dada su familiaridad genética con el siamés, algunas líneas tailandesas presentan problemas similares, como la gangliosidosis GM1 (una alteración metabólica que también afecta a los gatos de 2-3 meses y a la muerte juvenil),la amiloidosis hepática (una degeneración del tejido hepático debida a depósitos proteicos intersticiales) y la ARP (atrofia progresiva de la retina).

Relación y contexto ideales

El tailandés es el gato ideal si se busca un compañero siempre presente, generoso, pero que también quiera ser el centro de la escena familiar. Algunos gatos tienden a establecer relaciones exclusivas con un miembro de la familia, del que esperan una atención constante.

Como gato atlético y entusiasta, necesita vivir en un contexto que le permita expresar su vitalidad también a nivel físico, por lo que nunca deben faltarle oportunidades para trepar, correr y saltar.

Es un gato inteligente que también puede aprender a abrir puertas y persianas por sí mismo, por lo que es especialmente adecuado para los juegos de habilidad y cualquier otro reto que se le pueda plantear para estimular su mente además de su cuerpo.

No presenta especiales problemas de convivencia con otros animales, siempre que las introducciones se realicen de forma gradual, permitiendo que todos los implicados se conozcan sin forzarlos y evitando crear grupos demasiado numerosos en los que, en comparación con el entorno disponible, sería difícil evitar situaciones de competencia.

Deja un comentario