Displasia de cadera

La displasia de cadera es una enfermedad que puede afectar a cualquier raza, sean perros grandes o pequeños, hasta los perros mestizos, pero es más comúnmente vista en perros grandes y gigantes.
La displasia de cadera es una deformación de las articulaciones ubicadas en las inserciones de las patas traseras con la grupa. Es muy importante la genética a la hora de la cruza, para impedir acentuar estos defectos en las descendencias.

Los síntomas son dolor, inestabilidad, mala postura, dificultad para levantarse y rengueo.

Su tratamiento son dos, el médico y el quirúrgico.
El médico es solamente para ejemplares que no pueden ser operados. El tratamiento consiste en analgésicos para el dolor y otros medicamentos denominados condroprotectores, que si bien no libraran al animal de la enfermedad, si lograran demorar considerablemente su desarrollo.

El quirúrgico es la mejor opción, ya que erradican el problema de raíz para siempre. Pueden ser cirugías correctivas o incluso en casos severos, el reemplazo total de la cadera por una prótesis. En cualquiera de los casos la mejoría de la calidad de vida del ejemplar es muy grande, eliminando los medicamentos para siempre y evitando que el animal sufra de dolores constantes y complicaciones.

Las razas propensas a la displasia de cadera son, El Ovejero Alemán, el Rottweiler y el Labrador Retriever como las más afectadas. También en el San Bernardo donde casi la mitad de todos los ejemplares padecen la enfermedad. Otras razas afectadas son el Mastín Napolitano, Golden Retriever, Kuvasz, Pastores Ingleses, y Pastor de Berna.
En menor medida son también afectados el Gran Danés, Collie, Boxer, Setter Irlandés, Bretón, Cocker Spaniel, Ovejero Belga y Dálmatas.
Se ve rara vez en el Doberman, Samoyedo y en el Siberiano y prácticamente no aparecen en todos los lebreles.

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