Megaesófago en gatos: causa, síntomas y tratamiento

<strongaesophagus en el gato: lo que es? ¿Cuáles son las causas, los síntomas y el tratamiento de esta afección de nuestro felino?.

gato enfermo

El megaesófago es un trastorno que rara vez afecta al gato y mucho más al perro. La única raza de gato más predispuesta a esta patología es el siamés. El megaesófago en gatos puede ser congénito o ndary ( adquirido) debido a una multiplicidad de enfermedades que causan disfunción neuromuscular, o puede manifestar un trastorno primario por el cual la causa es desconocida (idiopática). Es importante subrayar que en el megaesófago congénito, es esencial excluir a los sujetos de la reproducción para evitar la posible transmisión de la patología.

Causa del megaesófago en gatos

El megaesófago en gatos es una condición que está en poca o completamente ausente capacidad de mover el esófago (cuyo papel es llevar agua y desde la garganta hasta el estómago). En esto, la perca debe cruzarse para llegar al estómago se vuelve diferente y puede regurgitarse en consecuencia.

El megaesófago en el gato puede estar presente ya al nacer y manifestarse inmediatamente después del destete y se desconoce la causa; en cambio, cuando el trastorno es ndario a las anomalías neuromusculares, las causas principales son la falta de autonomía felina y la hernia hiatal.

Síntomas

vómitos del gato

Pueden aparecer varios síntomas en el megaesófago en gatos por ejemplo:

  • regurgitación y agua;
  • mal olor a aliento;
  • fiebre;
  • tos en gatos;
  • sección nasal;
  • elevación;
  • dificultad para tragar
  • defectos respiratorios causados por neumonía ndaria;
  • pérdida de peso;
  • malo es.

En las causas ndary del megaesófago en gatos, pueden aparecer otros síntomas en este caso que son más específicos que la patología subyacente, por ejemplo:

  • en envenenamiento por plomo: anorexia, vómitos, cólicos, diarrea alternando con períodos de estreñimiento y convulsiones;
  • en envenenamiento por plagas: diltidez en la deglución, temblores, sialorrea, broncoconstricción, parálisis de los músculos estriados, pérdida de apetito, miosis, rigidez de las extremidades debido a la inhibición de las colinesterasas, artritis y poliartritis, cambios en la coagulación de la sangre (trombocitopenia) y anemia, manifestaciones similares a la piel
  • en la enfermedad de Addison (insuficiencia suprarrenal): anorexia, vómitos en gatos, debilidad, deshidratación y alteraciones en el equilibrio agua-electrolítico;
  • dolor muscular y cambios en la marcha en polimiositas (miopatías inflamatorias utilizadas para trastornos de la piel o dermatomiositis).

Teniendo en cuenta que la mayoría de las causas del megaesófago en los gatos no se pueden evitar es prestar mucha atención tanto al entorno que rodea al animal como al gato en sí, tratando de alejarlo de cualquier peligro.

Diagnóstico y tratamiento del megaesófago en gatos

gato al veterinario

Para establecer un diagnóstico corregido para el megaesófago en el gato, el veterinario necesita conocer la historia previa del animal y todos los posibles síntomas que el felino ha mostrado antes de la visita. Todo esto es muy importante y a menudo fundamental para evaluar la condición del gato. intentarán realizar algunas pruebas de diagnóstico específicas necesarias para confirmar un diagnóstico, como:

Una vez que se haya establecido el diagnóstico, el veterinario podrá realizar un tratamiento con para tratar la enfermedad subyacente o las causas correspondientes, utilizando:

  • antibióticos y líquidos (en casos de neumonía causada por megaesófago);
  • medicamentos que ayudan a la motilidad gastrointestinal para evitar el malassore, el estreñimiento o la diarrea en los gatos.

En el caso del megaesófago idiopático, es decir, cuando no conoce la patología subyacente y la terapia indescifrable, es posible ayudar al gato tratando de ofrecerle pequeñas porciones de alimentos o líquidos que llegan más lment en el estómago, conservando la mayor cantidad de nutrientes posible.

manteniendo al gato erecto después de cada comida, de tal manera que limite el vaciado del esófago. En casos más graves y graves, es posible alimentar al animal mediante el uso de sondas gástricas utilizadas para la terapia de fluidos. Para tratar de reducir el riesgo de aspiración o vómitos en los pulmones, es esencial seguir escrupulosamente las instrucciones dadas por el veterinario con respecto a la nutrición del gato y la administración de los medicamentos recetados.

En cuanto al pronóstico, sigue siendo algo relativo ya que algunos sujetos pueden ser síntomas asintomáticos o manifiestos, incluso si durante largos períodos, otros presentan una situación clínica grave como tener que considerar la eutanasia.

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