La displasia de cadera es una patología que puede afectar al gato y tiene principalmente causas genéticas. Averigüemos todo sobre esta enfermedad.
La displasia de cadera es una enfermedad importante en perros, que también puede ocurrir en gatos . Qué es, cómo identificarlo a tiempo y qué cuidado someter al gato? Juntos entendemos todo lo que hay que saber para proteger la salud de nuestro amigo de cuatro patas.
Gatos y enfermedades genéticas: todas las principales patologías felinas
¿Qué es la displasia en la cadera del gato
?
La displasia de cadera es una enfermedad que afecta la articulación que se ajusta a la cabeza del fémur del gato . Esta patología provoca una degeneración del cartílago gatito en esta área.
Reduciendo en grosor, puede causar microfracturas y un aumento en la producción de tejido óseo, causando un crecimiento anormal en la articulación de la cadera . ¿Cuáles son las causas de este trastorno??
En la mayoría de los casos es una enfermedad hereditaria. Las razas de gato más predispuestas al inicio de la displasia de cadera son:
En este caso, no se recomienda el apareamiento y la reproducción entre los felinos afectados por esta enfermedad, para prevenir su transmisión genética. Entre las otras causas que podrían causar la aparición de esta patología se encuentran:
- Trauma
- Alimentación incorrecta
- Activos excesivos
- Sobrepeso y obesidad
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Signos clínicos de patología
Cómo ocurre la displasia de cadera en gatos? Veamos cuáles son los síntomas principales de esta patología:
- Marcha anormal y dificultad para caminar
- Disminución del movimiento e ingredientes activos
- Tendencia de aislamiento
- Dolor localizado en la parte inferior de la espalda
- Desarrollo excesivo de los músculos del hombro y arqueamiento de la espalda
- El gato no usa la caja de arena
Si el gato muestra uno o más de los síntomas enumerados, es esencial comunicarse con el veterinario con prontitud .
Diagnóstico y tratamiento de la displasia en la cadera del gato
Para diagnosticar la displasia de cadera en gatos, el veterinario deberá someterse a una visita cuidadosa a las extremidades y al examen radiológico de la pelvis. También puede ser necesario realizar más análisis de sangre y análisis de orina.
Desafortunadamente, hasta la fecha no es una cura decisiva para la displasia de cadera. Sin embargo, en la etapa de esta patología, el veterinario podrá identificar la terapia para aliviar el dolor del gato y retrasar la progresión de la enfermedad .
Si la situación no es grave, será posible recurrir a la administración de medicamentos antiinflamatorios y sesiones de fisioterapia, destinadas a fortalecer los músculos y las articulaciones. En caso de que la enfermedad esté en progreso, el gato deberá someterse a una operación quirúrgica.
El pronóstico es bueno: el gato recuperará parcialmente su libertad de movimiento y su calidad de vida será satisfactoria.
Laura Bellucci