Los cálculos renales en los perros son un problema real que no debe subestimarse. Conocer las causas y los síntomas es importante para la salud de Bobi.
Hay muchas enfermedades que afectan no sólo a los humanos, sino también a nuestros amigos de cuatro patas. Una de ellas es, sin duda, la formación de cálculos renales.
Esta patología bloquea la micción y provoca la inflamación de los riñones de nuestro perro. Si no se trata a tiempo, la obstrucción urinaria puede incluso causar la muerte de nuestro querido perro.
Por ello, es aconsejable conocer a fondo esta enfermedad, sus causas y síntomas, para poder actuar con rapidez y salvar la vida de su perro.
Cálculos renales: qué son
Los cálculos renales son piedras que se forman en los riñones o la vejiga de Bobi.
Pueden ser de diversos tamaños y, según su posición en las vías urinarias, pueden ser más o menos graves y dolorosas. Si son pequeños y están situados en la vejiga, por ejemplo, pueden no causar ningún dolor.
Pero cuando se hacen grandes y se sitúan en la uretra (el conducto que conduce la orina al exterior del cuerpo) no sólo son dolorosas, sino que pueden causar una serie de complicaciones muy graves, comprometiendo la vida de Bobi.
Estos «cálculos» se forman cuando el ema urinario de nuestro perro ya no es capaz de depurar el organismo, es decir, de eliminar (mediante el pis) ciertos minerales poco solubles.
Estos minerales se acumulan y se transforman en cristales que interactúan entre sí para formar piedras. Hay varios tipos de cálculos renales que afectan a los perros, los más frecuentes son:
- Estruvita: estas piedras están compuestas por tres minerales: fosfato, amonio y magnesio. Generalmente más frecuentes en la perra, se forman debido a una infección bacteriana en las vías urinarias y pueden alcanzar tamaños muy considerables.
- Ácido úrico: son cálculos que se forman en un tipo de orina y suelen estar relacionados con un factor genético. En la práctica, el organismo no es capaz de eliminar completamente el ácido úrico, y si queda demasiado en la orina, pueden formarse estos cálculos.
- Oxalato de calcio: la formación de cálculos de oxalato de calcio depende de un alto contenido de calcio en el intestino, que se une al oxalato de calcio, dando lugar al cálculo.
- Cistina: se trata de un aminoácido que es absorbido por los riñones y luego liberado en el torrente sanguíneo. Pero cuando esto no ocurre, la cistina se acumula en la orina, formando el cálculo.
- Fosfato de calcio: debido a una gran cantidad de calcio en la orina.
- Sílice: uno de los más raros, los cálculos renales aparecen cuando hay un alto consumo de antiaminas que contienen silicio.
Las causas de la formación de cálculos renales en los perros
Como hemos visto anteriormente, hay muchos tipos de cálculos que se pueden formar en el ema urinario del perro.
Aparte de ciertos factores puramente genéticos, las principales causas de la formación de cálculos están relacionadas con:
- una nutrición incorrecta y la falta de una buena hidratación;
- infecciones del tracto urinario;
- administración de cerrmacs;
- la presencia de ciertas enfermedades concomitantes.
Además, es importante señalar que la formación de cálculos renales también depende de otros factores que están estrechamente relacionados con nuestro perro:
- la edad y el o (recuerda que los cálculos renales son más frecuentes en perros de o hembra);
- la raza de nuestro perro (algunas razas como los dálmatas y los yorkshire terrier son más propensas a los cálculos renales);
- el pH de la orina de Bobi.
La formación de un cálculo renal no permite a la uretra excretar la orina, por lo que su perro seguramente tendrá dificultades para orinar. Vigilar su comportamiento y actuar con prontitud es importante para evitar que esta situación se agrave.
Además, es importante señalar que las infecciones del tracto urinario y la formación de cálculos renales son dos «situaciones» reveladoras, por lo que variar la dieta de Bobi y/o tratar la patología que ha provocado la formación de cálculos renales es importante para que nuestro perro tenga una vida más saludable.
Cálculos biliares en perros: síntomas y tratamientos más eficaces
Síntomas de los cálculos renales
Como hemos dicho antes, en algunas circunstancias el perro puede no mostrar ningún síntoma, ya que los cálculos no duelen, y sólo se pueden diagnosticar durante una revisión en la consulta.
Sin embargo, puede ocurrir que existan fuertes signos que indiquen la presencia de cálculos renales en nuestro amigo de cuatro patas. Los síntomas más comunes son:
- Dolor excesivo en el abdomen y al orinar;
- presencia de sangre en la orina;
- infecciones del tracto urinario;
- sedosidad excesiva, pero sólo una micción al día;
- vómitos;
- Dificultad para orinar;
- agotamiento y falta de fuerza.
Estos síntomas no deben ser subestimados y en cuanto los notemos debemos llevar a nuestro perro al veterinario. La aparición prolongada de este problemas no sólo puede ser más dolorosa para Bobi, sino que puede provocar una grave insuficiencia renal.
Diagnóstico y tratamiento de los cálculos renales en los perros
Si observamos con atención el comportamiento diario de nuestro perro y detectamos algunos de los síntomas descritos anteriormente, es imprescindible que lo llevemos al veterinario.
Utilizará algunas pruebas especiales para determinar si realmente se trata de cálculos renales o de una infección urinaria, por ejemplo.
Los primeros exámenes a los que debe someterse el perro son:
- Un análisis de sangre completo;
- Análisis de orina, a través del cual podrá obtener información importante sobre la densidad de la orina, su pH (que permite identificar el tipo de cálculo, si lo hay), la presencia de sangre o de infecciones en las vías urinarias (especialmente para detectar la presencia de bacterias);
Cómo recoger el pis del perro para el análisis de orina
- ecografía y/o radiografía con medio de contraste, que es esencial para identificar no sólo el número de cálculos sino también su tamaño y localización.
Una vez realizadas todas estas pruebas y confirmada la presencia de cálculos renales, es posible idear la terapia adecuada para nuestro perro, así como una para prevenir los cálculos renales.
La terapia que se prescribirá a nuestro perro depende esencialmente de la gravedad de la patología.
- Si se detecta a tiempo, con cálculos pequeños e indoloros, será necesario seguir una dieta especial y añadir un antibiótico. En este caso, los cálculos se disolverán y serán expulsados a través de la orina sin infección.
- Si la situación es más complicada, con presencia de insuficiencia renal (el perro no hace pis), nuestro veterinario recomendará la cirugía para el bienestar de Bobi. Como los cálculos son muy grandes y apenas pueden disolverse, la única solución es extraerlos quirúrgicamente.
Recuerde, una vez más, que los cálculos renales son graves, por lo que, una vez curados, es conveniente seguir unas sencillas pautas para evitar que se vuelvan a formar:
- Cambia el agua para tu amigo peludo varias veces al día, asegurándote de que el agua esté siempre limpia y fresca. Bobi tendrá más ganas de beber y su orina, más diluida, excretará los minerales más lentamente;
- la dieta no sólo debe ser de alta calidad, sino también baja en calcio, magnesio, proteínas y fósforo;
- el ejercicio debe ser fundamental en su rutina diaria. Los largos paseos ayudarán a que sus riñones se mantengan sanos.
La atención y el cuidado deben ser la base de nuestra convivencia con Bobi, no sólo para tratar los cálculos renales con prontitud, sino sobre todo para prevenirlos.