¿Cómo se vive la cuarentena con el perro? En estas jornadas especiales, descubrimos las sugerencias del veterinario experto en comportamiento animal.
La Dra. Sabina Giussani, experta en comportamiento animal, nos da algunos consejos sobre cómo gestionar mejor la convivencia con nuestras mascotas en estos días de emergencia. Como sabemos, el estrés para nuestros perros cuando nos vemos obligados a cambiar sus hábitos puede ser fuerte, y aunque conocemos las razones por las que tenemos que quedarnos en casa, no es lo mismo para ellos. Vamos a ver cómo podemos aprovechar este tiempo para nuestros amigos peludos, dándoles todo el cariño y el apoyo que necesitan.
No sólo nosotros nos alteramos durante estas semanas en casa: nuestro equilibrio y la relación con nuestros amigos de cuatro patas también se ven afectados por este periodo especialmente delicado. La mayoría de nosotros no tenemos todo el día disponible para pasar con nuestros perros, por razones obvias como el trabajo o la vida fuera de casa. Esto significa que ellos tampoco están acostumbrados a estar cerca de nosotros durante tanto tiempo, y el estrés puede hacerse sentir.
La palabra del experto
El Dr. Giussani, co-experto veterinario en comportamiento animal y presidente de la A (Asociación Italiana de Ciencias del Comportamiento Animal), nos recuerda que los animales de compañía se dan cuenta de que esta cercanía con los humanos es extraordinaria, entienden que no es algo cotidiano ni unas vacaciones de verano.
La cercanía de un animal de compañía no suele ser una gran dosis de afecto, que es fundamental en nuestras vidas. En estos días, una dosis extra de amor de nuestro compañero peludo es aún más importante. No obstante, no debemos presionar demasiado a nuestro perro con comportamientos humanos que puedan ser una fuente de estrés para él.
Qué hacer
En primer lugar, dice el Dr. Giussani, hay que evitar el pánico. Nuestros animales saben muy bien cómo entender nuestro comportamiento, nuestras emociones e incluso nuestra forma de hablar. Así que evitamos mostrar agitación o estrés en la medida de lo posible, para no trasladarles la ansiedad.
En cambio, cuando se trata de mimos, tenemos una rara luz verde. Abrazar a nuestro perro puede ser una fuente de relajación y distracción para nosotros, pero no debemos excedernos pidiendo atención, juego o mimos. De hecho, nuestra excesiva presencia puede resultar molesta para su perro, que también necesita estar tranquilo, descansar o estar solo cuando lo desee.
De hecho, los perros también necesitan no estar continuamente estimulados, y un entorno siempre activo y con ruidos constantes puede darles una sensación de malestar si suelen ser tranquilos y pacíficos cuando estamos fuera de casa. Recuerda también que cuando volvamos a la normalidad, la nueva transición a la vida normal supondrá un nuevo estrés para nuestro amigo.
Así que aprovechemos este tiempo para reforzar nuestra relación con el perro, dice el Dr. Giussani, pero sólo cuando notemos que está dispuesto a jugar o a recibir mimos. Intentemos también tener comportamientos y reglas precisas a seguir durante este delicado periodo, en casa y en otros lugares:
- En las zonas para perros, no exceda de 3-4 perros a la vez, procurando no permanecer más de 20 minutos (a menos que los responsables indiquen lo contrario). Mantenga siempre una distancia de seguridad con otros propietarios de perros, que pueden pasearse mientras tanto.
- No nos excedemos en las actividades mientras estamos en cuarentena con el perro, también de cara a la futura vuelta a la vida cotidiana. No sugerimos paseos más de 3-4 veces al día, siempre dentro de los límites de tiempo dictados por las normas de la casa.
- En cuanto a nosotros, los humanos, este periodo no debe conducir al sobrepeso.
- Si hay niños en la casa, tenga cuidado al relacionarse con el perro. Nuestros amigos peludos necesitan descansar, no lo olvidemos.
- El balcón o el jardín pueden convertirse en un lugar ideal para pasar tiempo con Bobi. Así que vamos a amueblar este espacio con todas las comodidades: un cojín suave, juguetes, un cuenco de agua.