Salud caninaEl perro camina mal o con torpeza: el
síndrome
de Wobbler – 30 de septiembre de 2020Reconocer
este síndrome
Los síntomas de esta enfermedad son progresivos y, a medida que el perro envejece, se manifiestan cada vez más. Los primeros suelen ser una marcha inestable en las patas traseras.
La marcha inestable y «tllanting» a menudo se extiende también a las patas delanteras del perro. En los casos más graves, el perro es inestable y camina mal, e incluso puede volver a girar.
La aparición de los síntomas es a veces repentina, pero no es frecuente.
En los primeros casos puede recordar a otras afecciones como la artritis, la displasia de cadera o incluso las infecciones del oído interno (que causan problemas de equilibrio).
Sin embargo, el síndrome de Wobbler es una enfermedad grave y progresiva que a menudo no se reconoce desde el principio, especialmente si nuestro perro no es de las razas predispuestas.
Estos son algunos síntomas a los que hay que prestar atención:
- El perro camina de forma inestable, en las patas traseras y/o delanteras: quizás arrastrando los dedos de los pies traseros al caminar, moviéndose con rigidez, caminando torpemente como si estuviera parcialmente paralizado. En las primeras fases no suele haber signos de dolor (gemidos, aullidos, etc.).
- El perro se mueve torpemente.
- Durante los movimientos más rápidos (como doblar una esquina) tiende a tambalearse. El perro parece descoordinado, casi borracho, y aunque también puede caminar normalmente en línea recta, al girar rápidamente puede re. A veces se mueve con las patas traseras más anchas de lo normal, para tener mejor equilibrio.
- Parálisis de las patas traseras y/o delanteras.
- No mueve el cuello voluntariamente. Los perros que sufren este síndrome no pueden bajar la cabeza.
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Cómo intervenir y tratarla
Si su veterinario confirma que su perro padece este síndrome, debe tomar medidas. Por desgracia, no existe una cura fácil para esta enfermedad.
Las opciones de tratamiento o intervención quirúrgica, que se discutirán con nuestro co, pueden ayudar a ralentizar o detener el progreso del síndrome de Wobbler.
Para prevenir el síndrome de Wobbler, debemos alimentar a los cachorros de razas grandes con una dieta que no les haga crecer demasiado rápido. Una vez más, pedimos consejo a nuestro veterinario.
Por supuesto, el factor genético también puede influir. De hecho, se tiende a no criar perros que padezcan esta enfermedad, para evitar que la transmitan a sus cachorros.
El tratamiento puede variar, dependiendo de la gravedad de la enfermedad. Ciertos medicamentos (corticosteroides) pueden ayudar a reducir la inflamación y eliminar los síntomas.
Un collarín es una excelente ayuda en los casos graves para estabilizar la columna vertebral. Evite usar un collar y prefiera un arnés.
En algunos casos, la cirugía puede ser necesaria, pero no es una opción fácil porque los riesgos siguen siendo altos. Una vez más, es el veterinario quien nos aconsejará.
Como todavía no existe una cura definitiva para el síndrome de Wobbler, los perros que lo padecen deben ser tratados con medicación y reduciendo su actividad.
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