La calidad del sueño del perro depende de los estímulos emocionales

Un equipo de investigadores húngaros ha descubierto que los perros también padecen insomnio. En otras palabras, debido a factores emocionales, nuestros compañeros de cuatro patas tampoco pueden dormir.

Los días estresantes, las preocupaciones o los episodios rumiantes, que ponen a prueba a nuestros perros, provocan trastornos del sueño. Estas son las conclusiones a las que han llegado los científicos dirigidos por Anna Kis, del Instituto Húngaro de Neurociencia Cognitiva y Plogy. La investigación publicada en pologytodayexaminó 16 perros de diferentes razas en colaboración con sus dueños. Los perros fueron sometidos a varias pruebas positivas y negativas.

Durante los episodios positivos, se hizo que los perros jugaran y se divirtieran con sus dueños. En el lado negativo, los propietarios ataron a sus perros a una puerta durante un tiempo determinado o, con la colaboración de los propietarios, los científicos mostraron un comportamiento amenazante e inquisitivo hacia los perros. Todas estas experiencias pusieron a prueba a los compañeros de cuatro patas y afectaron a la calidad de su sueño.
Por regla general, un perro duerme entre 12 y 14 horas al día, aunque hay muchas variables que pueden afectar a las horas en función de la edad, las actividades realizadas durante el día o el tipo de .
Los investigadores húngaros demostraron que los perros sometidos a días o situaciones estresantes movían los ojos mucho más rápidamente durante los primeros 20 minutos de la fase REM, mientras que este movimiento no se producía tras una serie de experiencias positivas.

Concluyeron que «se trata de la primera prueba directa de que los estímulos emocionales influyen en la calidad del sueño de los perros».
Los expertos subrayan que esta investigación debería hacer reflexionar a los propietarios de perros, que deberían prestar más atención al sueño de sus mascotas y, sobre todo, entender si esto puede tener un efecto negativo al despertarse o provocar insomnio. En definitiva, nuestros compañeros de cuatro patas también podrían estar de mal humor por la mala calidad de su sueño. Al igual que ocurre con las personas, este estudio demuestra que los perros son muy sensibles emocionalmente y si un perro tiene una mala noche de sueño, el dueño tiene que preguntarse por la experiencia negativa o el malestar que está experimentando el perro.

Entre las historias que han rebotado en la red está la de un perro que fue abandonado por su antigua familia y luego adoptado por unas personas extraordinarias, que se dieron cuenta de que el perro tenía problemas para dormir y despertarse y sólo tras comprobarlo con los voluntarios que lo cuidaban se enteraron de que el perro había sido abandonado mientras dormía plácidamente.

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