Las personas y los animales se caracterizan por tener comportamientos que pueden variar de acuerdo a las situaciones que experimenten. En cuanto a las conductas, necesidades y comunicación de los perros, existe una ciencia, la etología canina que se encarga de estudiarlas.
Se trata de una rama de la biología conductual que se ocupa de realizar análisis de la manera natural en la que se comportan los canes. Específicamente, en cuanto a las formas instintivas en que se conducen.
Para que puedas estar enterado de la etología canina: significado te invitamos a seguir leyendo este post.
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Importancia de la etología canina
Esta ciencia cada día es más conocida. La etología canina para muchos dueños de mascotas es una herramienta fundamental, que contribuye a solucionar los problemas de conducta que presenta el animal.
El etólogo se encarga de trabajar con las mascotas, para ello, realiza primeramente un diagnóstico al animal y luego aplica los tratamientos necesarios.
¿Por qué un perro necesita de la etología canina?
Cuando un perro ha pasado por maltratos, mala educación o castigos, presenta ciertos comportamientos como: agresión, pánico, intranquilidad, problemas mentales o de sociabilización. En este caso es muy importante la atención de un especialista.
El etólogo es un profesional capacitado para lograr que el perro, pueda modificar su conducta anormal, y logre adaptarse a su entorno.
Problemas que puede tratar la etología canina
Al adoptar a un perro, los dueños pueden experimentar distintos inconvenientes con su conducta. Si estuvo en cautiverio y su trato no fue el adecuado, o si fue abandonado por sus antiguos dueños, puede presentar problemas severos de estrés.
En este caso, comunicarse con el canino puede resultar muy difícil. Por ello, es importante solicitar la ayuda de un etólogo, quien se encargará de atender y tratar las siguientes conductas:
Agresividad
Existen diversas causas que pueden llevar a un perro a ser agresivo. Las más comunes tienen que ver con problemas de salud, alguna dolencia o quebranto. Otra razón para motivarlos a presentar esta conducta es su territorio.
Además se comportan de manera distinta por celo, protección maternal, desconfianza al ambiente que le rodea, personas y animales.
Miedo
Un alto porcentaje de perros que presentan temor o miedo, se comportan de esa manera por haber pasado por situaciones traumáticas, maltratos y castigos propinados por sus antiguos dueños o por personal de instituciones donde se encontraban recluidos en cautiverio.
Por ello, el animal teme ante cualquier circunstancia. Especialmente a su nuevo dueño, ya que siente mucho temor a recibir castigos o a ser agredido.
Ansiedad
Cuando los perros son abandonados, han pasado por una soledad traumática o sufren un destete prematuro, desarrollan conductas de ansiedad. Son canes muy hiperactivos, les cuesta estar tranquilos. Sienten temor a estar solos, por ello, buscan estar mucho tiempo con su dueño.
Posesividad
Existen canes que se vuelven muy posesivos con sus juguetes o cosas que le pertenecen. Les disgusta que alguien las toque o agarre. Ante esa situación, reaccionan en forma agresiva y pueden atacar al animal o a la persona para quitarle el objeto que les pertenece.
Socialización
Si el perro durante sus primeros meses de vida, no recibe una educación correcta, puede desarrollar una conducta insegura ante los demás. Y le va a costar mucho tener una buena relación, adaptarse al ambiente y sociabilizar con animales o personas.
Es importante para que se adapte a su entorno, destetarlo o separarlo de su madre, entre las 8 y 10 semanas, para que logre tener una conducta normal.
Estrés
Detectar el estrés en los perros no es tarea sencilla. Ya que en ciertas ocasiones pueden no revelar ningún síntoma, y padecerlo. Por lo general el estrés produce una reacción en el perro, que se presenta en forma de intranquilidad y ladridos constantes. Esta conducta puede manifestarse además, a través de su huida o al tener diferentes reacciones, gruñidos o el intento de atacar a animales o personas.