Entre las infecciones can inas, la otitis externa afecta al conducto auditivo externo, que es propenso a la infección e inflamación. En la mayoría de los casos, afecta a perros con orejas largas y caídas que no favorecen la circulación del aire y, por tanto, retienen las bacterias. La forma del conducto auditivo también contribuye al desarrollo de otitis extrañas, por ejemplo en razas con conductos auditivos estrechos o estenosis, es decir, estrechamiento patológico. Lo mismo ocurre con los perros que tienen alergias en la piel , como la dermatitis por hipersensibilidad alimentaria, tienen una mayor predisposición a la otitis. Otras causas de predisposición a este tipo de infección son la acumulación de cerumen amarillento y aceitoso, que favorece la proliferación bacteriana, así como la presencia de cuerpos extraños como hierbas o agujeros.
SÍNTOMAS- Entre los síntomas más comunes, los perros tienden a sacudir la cabeza o a rascarse de forma atrevida o a frotarse contra una superficie de la oreja que les resulta incómoda. En caso de inflamación, el perro muestra signos de dolor si se toca la oreja.
Es posible detectar la otitis revisando el oído del perro, que puede estar rojo e hinchado, a veces con pliegues de piel. En la mayoría de los casos, también se encuentra un drenaje ceroso o purulento maloliente.
FACTORES DE LA Otitis-Hay dos tipos de otitis, la otitis ceruminosa que se produce en presencia de seborrea primaria y es causada por una acumulación de cerumen amarillento y aceitoso dentro del canal auditivo. Esta acumulación favorece a las bacterias. En este caso, la seborrea debe ser controlada y puede ser necesario limpiar el canal auditivo regularmente hasta que el problemas se resuelva.
Laotitis bacteriana se revela por un drenaje auricular u con una coloración marrón claro. Las infecciones bacterianas crónicas están causadas principalmente por bacterias Proteus o Pseudomonas.
TRATAMIENTO- Es importante no descuidar las infecciones del oído externo que pueden continuar en el interior. Por eso, en cuanto aparezcan ciertos síntomas, lo mejor es acudir al veterinario, que podrá realizar un examen de las partes profundas del conducto auditivo y establecer un diagnóstico para el tratamiento. En general, el examen otoscópico requiere que el canal auditivo esté limpio y libre de cerumen o residuos, por lo que a veces es necesario limpiar el oído, lo que también puede requerir algún tipo de sedación. En el caso de ciertas bacterias, el veterinario también puede establecer una prueba de cultivo y sensibilidad en el drenaje del oído.
El tratamiento requiere la limpieza de los conductos auditivos para eliminar la posibilidad de crecimiento bacteriano. El tratamiento también puede ir acompañado de un tratamiento antibiótico especial de la zona afectada.
Por último, si la infección es grave, hasta el punto de provocar un engrosamiento y estrechamiento del conducto auditivo con dolor crónico, se realiza una intervención quirúrgica denominada«resección del oído» para restablecer la circulación del aire y favorecer el drenaje.